Las valencianas del Ciudad Ros Casares cierran el año en la cumbre de la Liga Femenina. Lo hacen tras un año de dilatadas conquistas competitivas, pero también de profundas reestructuraciones técnicas y en la plantilla.
Apenas comenzaba el año, el Ros asentaba su hegemonía con una triple adquisición: La Supercopa, la Copa de la Reina y la Liga Femenina. Fueron conquistas difíciles; la Copa de la Reina se resolvió por tan sólo dos puntos, mientras que la final de la Liga Femenina se decantó a favor de las valencianas después de que un triple de Amaya Valdemoro sellase el segundo encuentro.
Sin embargo, el conjunto valenciano ambiciona desde hace años hacerse con la Euroliga. En la pasada temporada superó con resultados holgados la primera fase y las clasificatorias posteriores, hasta llegar a la Final Four (Final entre cuatro). Fue capaz de derrotar al Wisla Can Pack polaco, accediendo así por segunda vez en su historia a la final de la máxima competición europea. No obstante, sucumbió ante el Spartak de Moscú.
En cuanto conquistó la Liga Femenina, el Ciudad Ros Casares inició un profundo proceso de reestructuración interna. El club vio salir a dos jugadoras históricas, como son Elisa Aguilar y Amaya Valdemoro. También otras de larga trayectoria como DeLisha Milton Jones, Anna Montañana, Erika de Souza o Belinda Snell. Varias de ellas ficharon inmediatamente por el eterno rival del club valenciano: el Perfumerías Avenida.
La entidad mantuvo a Laia Palau, Jana Veselà, Ljubica Djarlaca y Cindy Lima. Para soliviantar todas las partidas se apostó por la llegada de Marta Fernández, Nuria Martínez, las estadounidenses Katie Douglas, Rebekkah Brunson y Nicky Anosike y las europeas Edwige Lawson o Linda Frölich., con amplia experiencia en la Euroliga.
En cuanto al cuerpo técnico, Jordi Fernández entro en lugar de Isma Cantó.
Todos estos cambios dificultaron el comienzo del conjunto. Las valencianas perdieron la Supercopa ante el Salamanca, y la marcha del primer tercio liguero le ha obligado a completar la reestructuración con nuevos cambios puntuales. La marcha de Frölich a principios de diciembre se restituyó con la llegada de la lituana Agne Abromaite; además, el club recuperó a Vicente Collado en las filas técnicas para ayudar a Fernández. Con Collado, el equipo conquistó la Liga Femenina hace ya tres campañas.
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